martes, 3 de marzo de 2009

Una recesión que podría durar 36 meses y volverse depresión

El economista cree que si no se toman las políticas adecuadas todo puede empeorar.


El año pasado, el debate sobre cuánto duraría la recesión oscilaba entre los que argumentaban que tendría forma de "V" -nada más que ocho meses, aproximadamente, como los registrados en 1990-91 y en 2001- y aquellos que como yo sostenían que duraría por lo menos tres veces más, es decir, 24 meses, y que sería más de tres veces más grave que las dos anteriores.

Hoy, en momentos en que ingresamos en su mes décimo quinto, está claro que nos encontramos inmersos ya en una dolorosa recesión en forma de "V" que se volvió global y que durará hasta fin de año, por lo menos 24 meses, la más prolongada desde la época de la Gran Depresión.

Aún si el Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos crece en 2010, lo más probable es que no supere el uno por ciento. Y a esa velocidad, con una tasa de desempleo de un 10 por ciento, seguiríamos estando en recesión.

Aún cuando se aplicaran acciones políticas agresivas -estímulo fiscal y monetario, limpieza bancaria y recuperación del crédito y reducción de la deuda hipotecaria para los hogares insolventes- la tasa de crecimiento recién alcanzaría un 2 por ciento en 2011. Por ende, esta recesión duraría 36 meses.

Pero las cosas podrían empeorar. Hoy enfrentamos la posibilidad (de 1 en 3) de que, si no se adoptan políticas adecuadas, esta desagradable recesión en forma de "V" podría volverse una casi depresión o "estagflación" (mortal combinación entre estancamiento económico y deflación de los precios) en forma de "L" más virulenta, como la que experimentó Japón en los años 90 después de que estallaron sus burbujas inmobiliaria y de valores.

Del Clarin.com

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